El kinesiolifting es un tratamiento facial holístico y no invasivo que aborda el envejecimiento y la flacidez facial de manera integral. Este enfoque combina el diagnóstico visual, la postura, la respiración y el movimiento, junto con la liberación o corrección del diafragma y las cadenas miofasciales, para lograr resultados óptimos.
El tratamiento se aplica en áreas clave como el rostro, cuello, escote, nuca y contorno de los ojos, y se divide en bloques específicos: periorbital, dérmico, muscular, drenaje linfático y técnicas centradas en el tejido conectivo.
Durante el proceso, se incorporan técnicas de relajación en cada etapa, asegurando el confort y bienestar del paciente. El resultado es una armonía facial restaurada, contornos del rostro redefinidos, corrección de tejidos y musculatura, y un efecto lifting visible.
El efecto del kinesiolifting puede ser duradero dependiendo de diversos factores como la frecuencia de las sesiones, el tipo de piel y los cuidados posteriores.
Sin embargo, para lograr y mantener resultados óptimos, se recomienda realizar sesiones periódicas, que pueden variar desde una vez al mes hasta cada tres meses, según la recomendación del especialista.
La duración de cada sesión de kinesiolifting puede variar según las necesidades del paciente, oscilando entre 20 minutos y una hora y media.
A pesar de la variabilidad, una sesión típica de kinesiolifting suele durar 60 minutos, donde se trabajan globalmente todas las causas del envejecimiento de la piel, buscando siempre mejorar el bienestar del paciente.
Dado su enfoque personalizado, el tratamiento puede complementarse con otros programas faciales sin inconvenientes.
